Nueva York es una ciudad que no te deja indiferente, hay momentos que te encanta y otros que te espanta. Es una metrópolis que tiene un movimiento intenso, mucha gente, mucho tránsito, mucho ruido ambiental pero existen oasis dónde uno se puede refugiar para tomar un respiro y seguir recorriéndola.
Es una ciudad cara: la hotelería es cara, los espectáculos son caros, el taxi es caro además está establecido la propina que va de un 15% a un 20% en todo servicio , pero a la hora de comer, en Nueva York es posible todo tipo de opciones y para todos los bolsillos (aunque los famosos hot dogs de los carritos a mi gusto dejan mucho que desear y los restaurantes de rango medio no bajan de 35 US un plato y una botellita de agua por persona).
Nueva York te es familiar porque la has visto infinidad de veces en la películas y es por eso que no te sientes tan turista.
Sin lugar a dudas es como la llaman: “la capital del mundo“ porque es muy cosmopolita, en ella conviven personas de casi todas las nacionalidades del mundo, tiene mucha influencia a nivel mundial en los medios de comunicación, en la política, en el entretenimiento, las artes y la moda, además está la sede de la ONU y sin olvidar el manejo del dinero a nivel mundial que se hace desde Wall Street.
En esta 1era parte les muestro el Lower Manhattan y Brookling.
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