Humberto Ponciano Pittamiglio Bonifacino, nació en Montevideo el 19 de Noviembre de 1887, hijo de Don Juan Domingo Pittamiglio y de Doña Julia Bonifacino de Pittamiglio, ambos inmigrantes italianos.
Graduado en arquitectura e ingeniería ocupa en 1916 el cargo de Edil en la Junta Departamental de Montevideo. También fue Ministro Interino de Obras Públicas durante el período de gobierno de Baltasar Brum, con tan sólo 31 años de edad.
En el ámbito privado fue socio de una de las constructoras más pujantes de principios de siglo, Adolfo Shaw Construcciones.
Dicha empresa intervino en obras públicas como el Hospital de Clínicas, Instituto Alfredo Vázquez Acevedo, Palacio Municipal y Facultad de Agronomía, entre otras.
Falleció el 28 de Setiembre de 1966, soltero y sin hijos. Antes de fallecer, en 1963, redacta su testamento, el cual da cuenta de su sorprendente fortuna.
Los beneficiarios fueron instituciones filantrópicas, entes estatales y las Intendencias de Maldonado y Montevideo.
El Castillo Pittamiglio, es una de las construcciones más llamativas de la Rambla de Pocitos en Montevideo, Uruguay.
En su interior funciona el Espacio Cultural Castillo Pittamiglio, creado en el año 2009, el cual tiene como fin difundir la cultura en todas sus expresiones y transformar al Castillo en un punto obligado de encuentro para toda nuestra sociedad.
El Castillo Pittamiglio comienza a construirse en el año 1910 y hasta 1966, año de fallecimiento de Humberto, continúa en permanente construcción.
Estéticamente se observan características medievales y renacentistas, aunque el Castillo en sí no puede clasificarse dentro de un estilo arquitectónico preciso, al igual que la mayoría de las edificaciones de este excéntrico arquitecto.
La imagen de la Victoria Alada de Samotracia, sostenida por una proa de barco que apunta hacia el mar, es el emblema del Castillo. Esta escultura es una réplica de la original que se exhibe en el Museo del Louvre, la cual fue encontrada en la isla griega Samotracia, lugar de residencia de los mejores alquimistas del metal de todas las épocas.
En su interior el Castillo adquiere una estructura de laberinto, con múltiples salones e infinitos recovecos, puertas que no conducen a ningún lado y pequeñas escaleras truncas, diseño típico de los templos iniciáticos.
Según especialistas en temas espirituales, el Castillo da la impresión de ser una construcción que representa un VIAJE. Esta especie de nave que se proyecta hacia el mar, implicaría el viaje hacia la dimensión del espíritu
La alquimia y la simbología
La Alquimia como disciplina filosófica y espiritual, busca la transmutación del SER HUMANO en sí mismo, a través del conocimiento, el enaltecimiento de su alma y el alcance de la llamada Piedra Filosofal, la Panacea Universal y la ansiada Vida Eterna.
La simbología alquímica es muy vasta. Tiene dos objetivos: el primero resguardar la sabiduría sólo para los iniciados y el segundo facilitar la tarea del Alquimista.
Existen dos tipos de simbolismo: uno esencialmente técnico, práctico y uno más esotérico, dando a la Gran Obra una impronta mística.
Llaman la atención en el interior del Castillo, las piezas de diferentes formas geométricas: circulares, octogonales, cuadradas, las cuales son símbolos básicos de la Alquimia.
El cuadrado representa lo terrenal, el soporte físico del hombre. El octógono simboliza la cuadratura del círculo, es decir una etapa intermedia entre la vida terrenal y lo que los Alquimistas llamaban lo celestial, la perfección; el círculo al no tener principio ni fin, representa la eternidad, la perfección, la transmutación lograda.
También el uso de simbología animal es muy amplio, encontrando a cada paso figuras de leones, serpientes, dragones, liebres y otros, que representan al igual que las figuras geométricas la búsqueda del pasaje de la vida terrenal a la vida espiritual y la manifestación de otros planos paralelos a la dimensión física del Hombre.
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