Páginas

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Los huevos de Carl Fabergé



Creados en oro, plata, platino y con incrustaciones de zafiros, rubíes, esmeraldas, diamantes  además de los más refinados esmaltes, que con diseños rococó y orientales dieron toda la sofisticación a estas creaciones de Carl Fabergé para su mejor cliente, la familia Romanov.  Estos huevos son pequeños testimonios del arte y la historia de Rusia, también se crearon huevos conmemorativos de la coronación del zar Nicolás, de la inauguración del Ferrocarril Transiberiano y de aniversarios reales. 


La historia de los huevos Fabergé comienza en 1884 cuando el zar Alejandro III regala una de estas creaciones a su mujer la zarina María en la época de Pascua, la fiesta más importante del calendario de la Iglesia Ortodoxa rusa, la cual se celebraba intercambiando huevos y tres besos. La pieza gustó tanto a la esposa del zar que se decidió que Fabergé crearía un regalo cada año para la zarina y tendría la forma de huevo y contendría en su interior una sorpresa.   


La calidad de los materiales, la investigación de las técnicas de la orfebrería y la exquisitez fueron siempre primordiales para la casa Fabergé. En la elaboración de la "cáscara" de los huevos se emplearon una gran variedad de metales: oro, plata, cobre, níquel y paladio, combinados en proporciones variables para conseguir diferentes colores. Como elementos decorativos, utilizaba piedras preciosas y semi preciosas engarzadas y esmalte translúcido cya técnica el joyero Fabergé la  había aprendido en París y Florencia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario