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sábado, 10 de noviembre de 2012

Me caí del mundo y no sé cómo se entra!



Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco...

No hace tanto, con mi mujer, lavábamos los pañales de los críos, los colgábamos en la cuerda junto a otra ropita, los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar.

Y ellos, nuestros nenes, apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda, incluyendo los pañales.

¡Se entregaron inescrupulosamente a los desechables! Si, ya lo sé. A nuestra generación siempre le costó botar. ¡Ni los desechos nos resultaron muy desechables! Y así anduvimos por las calles guardando los mocos en el pañuelo de tela del bolsillo.

¡¡¡Nooo!!! Yo no digo que eso era mejor. Lo que digo es que en algún momento me distraje, me caí del mundo y ahora no sé por dónde se entra. Lo más probable es que lo de ahora esté bien, eso no lo discuto. Lo que pasa es que no consigo cambiar el equipo de música una vez por año, el celular cada tres meses o el monitor de la computadora todas las navidades.

Es que vengo de un tiempo en el que las cosas se compraban para toda la vida!

¡Es más! ¡Se compraban para la vida de los que venían después!

La gente heredaba relojes de pared, juegos de copas, vajillas y hasta palanganas de loza.

Y resulta que en nuestro no tan largo matrimonio, hemos tenido más cocinas que las que había en todo el barrio en mi infancia y hemos cambiado de refrigerador tres veces.

¡¡Nos están fastidiando! ! ¡¡Yo los descubrí!! ¡¡Lo hacen adrede!! Todo se rompe, se gasta, se oxida, se quiebra o se consume al poco tiempo para que tengamos que cambiarlo. Nada se repara. Lo obsoleto es de fábrica.

¿Dónde están los zapateros arreglando las media-suelas de los tenis Nike?

¿Alguien ha visto a algún colchonero escardando colchones casa por casa?

¿Quién arregla los cuchillos eléctricos? ¿El afilador o el electricista?

¿Habrá teflón para los hojalateros o asientos de aviones para los talabarteros?

Todo se tira, todo se desecha y, mientras tanto, producimos más y más y más basura.

El otro día leí que se produjo más basura en los últimos 40 años que en toda la historia de la humanidad.

El que tenga menos de 40 años no va a creer esto: ¡¡Cuando yo era niño por mi casa no pasaba el que recogía la basura!!

¡¡Lo juro!! ¡Y tengo menos de... años!

Todos los desechos eran orgánicos e iban a parar al gallinero, a los patos o a los conejos (y no estoy hablando del siglo XVII)

Mi cabeza no resiste tanto.

Ahora mis parientes y los hijos de mis amigos no sólo cambian de celular una vez por semana, sino que, además, cambian el número, la dirección electrónica y hasta la dirección real.

Y a mí me prepararon para vivir con el mismo número, la misma mujer, la misma casa y el mismo nombre (y vaya si era un nombre como para cambiarlo) Me educaron para guardar todo. ¡¡¡Toooodo!!! Lo que servía y lo que no. Porque algún día las cosas podían volver a servir. Le dábamos crédito a todo.

¿Será que cuando las cosas se consiguen fácilmente, no se valoran y se vuelven desechables con la misma facilidad con la que se consiguieron?

En casa teníamos un mueble con cuatro cajones. El primer cajón era para los manteles y los repasadores, el segundo para los cubiertos y el tercero y el cuarto para todo lo que no fuera mantel ni cubierto. Y guardábamos.. . ¡¡Cómo guardábamos!!

¡¡Tooooodo lo guardábamos!! ¡¡Guardábamos las tapas de los refrescos!! ¡¿Cómo para qué?! Hacíamos limpia-calzados para poner delante de la puerta para quitarnos el barro. Dobladas y enganchadas a una piola se convertían en cortinas para los bares.

Al terminar las clases le sacábamos el corcho, las martillábamos y las clavábamos en una tablita para hacer los instrumentos para la fiesta de fin de año de la escuela. ¡Tooodo guardábamos!

Las cosas no eran desechables. Eran guardables. ¡¡¡Los diarios!!! Servían para todo: para hacer plantillas para las botas de goma, para poner en el piso los días de lluvia y por sobre todas las cosas para envolver. ¡¡¡Las veces que nos enterábamos de algún resultado leyendo el diario pegado al trozo de carne!!!

Yo sé lo que nos pasaba: nos costaba mucho declarar la muerte de nuestros objetos. Así como hoy las nuevas generaciones deciden 'matarlos' apenas aparentan dejar de servir, aquellos tiempos eran de no declarar muerto a nada: ¡¡¡ni a Walt Disney!!!

Y cuando nos vendieron helados en copitas cuya tapa se convertía en base y nos dijeron: 'Cómase el helado y después tire la copita', nosotros dijimos que sí, pero, ¡¡¡minga que la íbamos a tirar!!! Las pusimos a vivir en el estante de los vasos y de las copas. Las latas de arvejas y de duraznos se volvieron macetas y hasta teléfonos. Las primeras botellas de plástico se transformaron en adornos de dudosa belleza. Las hueveras se convirtieron en depósitos de acuarelas, las tapas de botellones en ceniceros, las primeras latas de cerveza en portalápices y los corchos esperaron encontrarse con una botella.

Y me muerdo para no hacer un paralelo entre los valores que se desechan y los que preservábamos. ¡¡¡Ah!!! ¡¡¡No lo voy a hacer!!!

Me muero por decir que hoy no sólo los electrodomésticos son desechables; que también el matrimonio y hasta la amistad son descartables.

Pero no cometeré la imprudencia de comparar objetos con personas. Me muerdo para no hablar de la identidad que se va perdiendo, de la memoria colectiva que se va tirando, del pasado efímero. No lo voy a hacer. No voy a mezclar los temas, no voy a decir que a lo perenne lo han vuelto caduco y a lo caduco lo hicieron perenne. No voy a decir que a los ancianos se les declara la muerte apenas empiezan a fallar en sus funciones, que los cónyuges se cambian por modelos más nuevos, que a las personas que les falta alguna función se les discrimina o que valoran más a los lindos, con brillo, pegatina en el cabello y glamour.

Esto sólo es una crónica que habla de pañales y de celulares. De lo contrario, si mezcláramos las cosas, tendría que plantearme seriamente entregar a la 'bruja' como parte de pago de una señora con menos kilómetros y alguna función nueva. Pero yo soy lento para transitar este mundo de la reposición y corro el riesgo de que la 'bruja' me gane de mano y sea yo el entregado.
 

                                              

Texto de Marciano Durán Rivero ( Florida- 25 de agosto de 1956)
Escritor uruguayo autor de “Crónicas marcianas y uruguayas” de 2003, “Marcianitis Crónica” de 2005, “El código Blanes, la otra historia del Uruguay” de 2006, “La cuestión es darse maña y otras incoherencias” del 2008, además es autor de varias obras de teatro.

5 comentarios:

  1. Hola corazón, yo ya lo conocia, eso no quita que guste leerlo de vez en cuando,a los de cierta edad(no va por mi)estamos de acuerdo en todo, es lo que vivimos, a tí te cogeria de refilon, eres más joven.Una cosa es muy cierta y no es que se diga pero realmente no sea así, lo es y es que hoy todo sale de fábrica con una fecha de caducidad marcada, todo lleva su límite y tratar de arreglarlo es más caro, por lo que solo te queda volver a comprar y no te hablo de oidas, soy conocedor de ello.Me estoy acostumbrando a tus silencios y eso no es bueno para mi salud.Muakisssss.

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    1. Corazón de melón, vos sabes que estuve en "otra cosa" por lo de los analisis y porque NO tuve teléfono de línea fija durante 18 días, lo que me representaba no tener internet, he subido a duras penas algunas cosas al blog usando la porquería de Claro un internet móvil que es un asquete que se corta y que todo demora un siglo......ahora que todo ha vuelto a la normalidad, voy a ver el correo (lo he visto pero era imposible abrir algún adjunto por el tiempo que demoraba) y mi paciencia estaba muy mal y mi estado de ansiedad o de locura como quieras llamarlo no me permitían esar en mis cabales...he tratado de ver tus "caballos Andaluces" ....imposible....por eso no te he comentado nada, bien sabes que solo comento cuando veo las cosas.....y bien sabes también que te aprecio, que tu opinión me importa.....un muakis bien grande!!! y gracias por estar acá

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  2. En realidad, eso no es de Galeano. Acá hay un texto en el que al verdadero autor se refiere al asunto:

    http://www.marcianoduran.com.uy/?p=278

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  3. Debí decir "el verdadero autor", claro, no "al verdadero autor".

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    1. Guille....estuve mirando en internet y en el único lugar que dice que no es de Galeano es en el link que me mandaste....que con seguridad debe de ser así porque conozco que siempre decis las cosas por su nombre....pero ahora no sé que hacer si cambiar el titulo y la autoría, si dejarlo como la mayoría de internet......lo bueno de los comentarios es que aparecen para quién quiera leerlo y con esta aclaración que has dado, le has abierto las puertas para quien quiera investigar.
      Gracias y abrazote

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