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viernes, 12 de julio de 2013

New Lanark Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.


El Sitio de Patrimonio Mundial de New Lanark es una aldea del siglo XVIII con una economía basada en una fábrica de tejidos de algodón, maravillosamente reconstruida y situada en el centro de Escocia, tan sólo a una hora de distancia en automóvil de Edimburgo. Fue fundado en 1785 por David Dale (1739-1806), quien hizo construir fábricas de algodón y residencias para los obreros. Dale eligió este lugar para aprovechar la energía hidráulica que ofrecía el río. Bajo la dirección de Dale y después de su yerno filántropo y socialista reformista, Robert Owen (1771-1858), las fábricas prosperaron y New Lanark se convirtió en un ejemplo de socialismo utópico.



La aldea adquirió fama inicialmente cuando Robert Owen fue director de la fábrica de tejidos entre 1800 y 1825. Owen transformó la vida de New Lanark a través de ideas y oportunidades que estaban adelantadas a su época un siglo por lo menos, los castigos corporales fueron eliminados y se proporcionó a los aldeanos viviendas decentes, escuelas y clases nocturnas, asistencia sanitaria gratis y comida a precios asequibles.




New Lanark fue célebre en toda Europa, y numerosos aristócratas, estadistas y reformistas visitaron las fábricas. Se sorprendieron por el descubrimiento de un medio ambiente industrial próspero, sano, disponiendo de una fuerza de trabajo satisfecha y enérgica, todo ello formando un proyecto comercial viable. La filosofía de Owen iba en contra de las corrientes de pensamiento de aquel tiempo, pero llegó a demostrar que no era necesario para una empresa industrial tratar a sus obreros sin consideración para ser lucrativa. Owen pudo presentar a sus visitantes la excelente calidad de las residencias del pueblo y la comodidad aportada, así como las cuentas probando la rentabilidad de las fábricas.




 Además de estar vinculadas a las reformas sociales, estas fábricas simbolizan también la Revolución industrial que tuvo lugar en Gran Bretaña durante los siglos XVIII y XIX y que cambió fundamentalmente la faz del mundo.





En 1825, el control de New Lanark pasó a la familia Walker. Los Walker se encargaron de la gestión del pueblo hasta 1881, cuando este se vendió a Birkmyre y Sommerville. Conservaron la propiedad del pueblo, primero ellos mismos luego a través de las empresas que les sucedieron, hasta el cierre de las fábricas en 1968.
Tras el cierre, los habitantes comenzaron a dejar el pueblo, y los edificios se deterioraron. En 1975, se fundó el New Lanark Conservación Trust con el fin de impedir la demolición del pueblo. Hoy día, la mayoría de los edificios se han restaurado y el pueblo se convirtió en una atracción turística importante.








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