Henri Julien Félix Rousseau (1844 –1910) fue un pintor francés de la corriente post-impresionista que se distinguió por su estilo de pintura naif. Conocido también como “El Aduanero” sufrió críticas y ridículo durante su vida pero eventualmente llegó a ser reconocido como un genio autodidacta creador de obras de altísima calidad.
Rousseau nació en Laval, Francia en el Valle de Loire. Tuvo varios trabajos, siendo el aduanero el más duradero y del que se retiró a la edad de 49 años para dedicarse a tiempo completo a la pintura. Sería en este período que produciría sus obras más importantes, sosteniendo que no tenía otro maestro que la naturaleza aunque admitió haber recibido consejos de Félix Auguste-Clément y Jean-Léon Gérôme,
Sus pinturas más conocidas representan escenas selváticas, a pesar de que nunca salió de Francia ni vió una jungla en su vida. Su principal fuente de inspiración fueron libros ilustrados y los jardines botánicos en París, al igual que animales embalsamados que observó en los museos. Junto con sus escenas exóticas también produjo cuadros de imágenes de ciudades y suburbios, generalmente más pequeñas y simples.
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