Mary King´s Close es uno de los callejones situados bajo los edificios del Old Town, en la Royal Mile. Después de ser clausurado y quedar cerrado al público durante años, allí resurgen las historias de las víctimas de las plagas, asesinos y asesinados, hoy convertidos en fantasmas de leyenda.
Re-abierto al público en el año 2003, Mary King´s Close muestra la miseria y la enfermedad que reinaba en ese inframundo entre los siglos XVI y XVII….no nos olvidemos que por esa época los ciudadanos más pobres se mantenían a duras penas, sobreviviendo en una “ciudad” subterránea bajo la Royal Mile.
Durante el tour de Mary King´s Close no hay disfraces de fantasmas ni gente dispuesta a asustar, pero el escalofrío se siente por la humedad del ambiente y las espeluznantes historias que cuenta el guía que tratan sobre personas reales, que vivieron, trabajaron y murieron allí.
Se accede al lugar por un callejón que se sitúa junto al City Chambers. El guía invita a penetrar en un mundo anclado en ese tiempo de dolor y sufrimiento. lo que se percibe al iniciar el descenso de los centenarios escalones es una atmósfera que se condensa; la humedad se apropia del ambiente y hay que estar atento a las irregularidades del terreno ya que la iluminación es deficiente; más bien justa. El intento de recrear aquellos días está muy logrado. Las casas se reparten a derecha e izquierda, vacías del bullicio de otras épocas pero, según dicen, repletas de los espíritus de aquellos que entre las paredes de este universo subterráneo sufrieron lo indecible.
Después de los siglos transcurridos, las leyendas se han adherido al enclave, casi tanto como la gruesa capa de polvo que lo cubre todo. Los silencios retumban entre las bóvedas; aquí hubo una cuadra, y hay que tener cuidado para no tropezar con los abrevaderos que se sitúan a ras del suelo. Cuentan las crónicas que a la estancia continua, otra casa independiente, allá por el año 1685 se mudó el anciano procurador Thomas Coltheart. Si bien es cierto que no demasiado tiempo después abandonaría este mundo, hasta que la parca se lo llevó sufrió una consecución de fenómenos anómalos que minaron aún más si cabe su salud. La llegada de la madrugada se convirtió así en sinónimo de desvelo. No en vano, la primera de las apariciones que se produjeron fue la cabeza de un anciano barbado, de mirada lasciva, que parecía desplazarse sin atender a la horrorizada expresión de los espectadores involuntarios.
Al cabo de los días fueron numerosos los supuestos espectros que vinieron a romper la tranquilidad de las noches, ya no sólo en la casa de los Coltheart, si no de los inquilinos del callejón, que a estas alturas sabían de las correrías de los misteriosos visitantes.
El fantasma de Annie Aiko Gibo es una de las médiums más destacadas de Japón. Parapsicóloga, experta en asuntos varios, se encontraba realizando una serie para la televisión nipona, ubicando los lugares del Reino Unido en los que se producían fenómenos paranormales. Escocia y sus castillos, como es lógico, no podían faltar. Sin embargo, cuando el rodaje estaba a punto de finalizar, llegó a oídos de los productores que en el corazón del viejo Edimburgo, más debajo de lo que se veía sobre la gris superficie, había un sitio que merecía la pena visitar… Y allí se fueron, y hubo de ser en la pequeña casa –algo más de 20 m2 para una familia numerosa–, concretamente en la única habitación separada del resto del hogar por una minúscula puerta, donde la dotada –entiéndase la cuestión del concepto– se percató de que en aquel lugar se percibía algo especial; que ciertas energías en las que a veces cuesta creer estaban apretando con ganas su corazón. Intentó salir pero una fuerza irrefrenable la llevó nuevamente al interior. Quedó muda. En el rincón, apenas iluminada por los farolillos que colgaban de las desconchadas paredes había una niña, en silencio, sin mover un músculo. Tras los primeros instantes de tensión, finalmente la pequeña aseguró que había sido abandonada en aquel lugar cuando la peste de 1644 comenzó a causar estragos, cebándose con especial intensidad en los habitantes del callejón, dadas las condiciones precarias en las que éstos vivían. Víctima de la plaga, falleció en esta habitación, y únicamente pedía que la llevaran nuevamente con sus padres. Aiko hubo de quedar tan conmocionada como para salir a la calle, y regresar al cabo de los minutos con un muñeco, asegurando a los asistentes de tan peculiar escena que mientras en el vacío arcón ubicado junto a la pared hubiese un juguete, la muchachita descansaría en paz. Annie se ha convertido por méritos propios en el fantasma más célebre de Edimburgo. Son miles las personas que al cabo del año visitan el hogar de la aparecida, dejando sus juguetes en el polvoriento arcón. Un letrero advierte que una vez repleto se envía su contenido a una ONG que velan por los derechos de los más desprotegidos: los niños.
Hola Eliza .. impresionante , haces unos buenazos trabajos ..¡Felicitaciones!! me gustó mucho ..Besos
ResponderEliminarGracias janet, y mil gracias por la idea que me diste para solucionar el problema que he comentado en facebook
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