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martes, 28 de agosto de 2012

El Oráculo de Delfos


A 177 kilómetros al norte de Atenas, a los pies del monte Parnaso, se encuentra uno de los lugares de valor histórico y cultural más rico de Grecia. En un paisaje que incluye campos de almendros , olivos y cipreses, el Oráculo de Delfos, centro religioso del mundo helénico, se extiende majestuoso y embebido en una mística inigualable.
Cuenta el mito que en Delfos cayó el ónfalos, la piedra que engulló Crono, padre de Zeus. Allí fue donde Apolo estableció su oráculo, tras derrotar a la serpiente Pitó para obtener su sabiduría.




A ese oráculo asistieron los griegos durante siglos para preguntar a los dioses sobre una variedad de cuestiones. El día siete de cada mes, se ofrendaba un sacrificio en el altar que había delante del templo, y una sacerdotisa, llamada Pitonisa en memoria de la serpiente vencida, les transmitía las respuestas.

Tesoro de los atenienses


Templo de Apolo





El camino que ascendía el monte Parnaso se hallaba sembrado de pequeñas edificaciones –tesoros– en donde se guardaban las joyas donadas por atenienses y corintios. En el recinto sagrado estaban emplazados el recinto de Apolo, un teatro, un hipódromo y un estadio en el que se celebraban los juegos píticos, en honor de la serpiente. En las calles y en las plazas se disponían estatuas de mármol o bronce, regalos de reyes o de ciudades, en agradecimiento al oráculo.


Santuario de Atenea




En 1903, se creó el Museo de Delfos, y a través del tiempo su fachada y su estructura han sido modificadas para brindar espacio al gran número de objetos históricos que alberga. Actualmente, pueden contemplarse la esfinge de Naxos, los gemelos de Argos,las bellísimas esculturas  del Auriga de Delfos y Antinoo y diversos hallazgos efectuados en el lugar.



La esfinge de Naxos
Los gemelos de Argos
El auriga ( la estatua es toda de bronce, los ojos son de vidrios y las pestañas son de pelo, es bastante raro encontrar una estatua de este tamaño y en estas condiciones, ya que antiguamente si se encontraba algo de bronce era fundido para otros fines.....por suerte esta maravilla se salvó)

Antínoo


"Háblame de aquel verde y oloroso atardecer, cuando tendida junto a la ribera
Escuchaste la risa de Antínoo desde la barca dorada de Adriano
Y cómo lamiste la corriente calmando tu sed y contemplaste con ardor y avidez
El cuerpo de marfil de aquel joven y singular esclavo, con una granada en los labios."

Estas palabras dedica Oscar Wilde a Antínoo en su poema La esfinge. Antínoo, el joven esclavo que enamoró al emperador Adriano, que murió ahogado en el Nilo y que tras su muerte fue representado y adorado como un joven dios por todo el imperio.



1 comentario:

  1. Hola Eliza ! Excelentes fotos !!!
    Cómo estás ? Te estás adaptando al paisito o tenés ganas de volver a viajar ? :=)
    Muchas gracias por compartir el viaje con todos nosotros... Me encantó. Besos, Raquel

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