Cusco

El año pasado tuve la suerte de poder ir al Perú y de recorrer muchos de los sitios espectaculares que posee. Quedé encantada con el país con su gente, y con su historia que se respira  en los sitios que vi. Llegamos a Lima  y a los dos días nos tomamos un avión a Cusco, nos habían hablado que los 3400 metros sobre el nivel del mar que se encuentra la ciudad, se iba hacer sentir ..….dicho y hecho, apenas bajamos del avión se siente como que algo oprime y que falta el aire, hay que ir adaptándose de a poco a esa condición. Todos los hoteles, tienen té de coca y hojas de coca para mascar, ya que ayuda a poder sentirse mejor, los hoteles de 4 y 5 estrellas y la Catedral, tienen oxígeno, que si uno se siente muy mal, se lo administran durante 5 minutos…..Nos alojamos en un precioso hotel a dos cuadras de la Plaza de Armas, según nos contaron en ese lugar donde ahora se ubica el hotel “Casa Andina”  fue el lugar donde los conquistadores fundieron el oro que saquearon del Coricancha, el templo más sagrado y mayor del Imperio Tahuantinsuyo…… el Inca era el rey y sacerdote de ese imperio, luego por deformación  se le llamó el Imperio Incaico……….recorrer esas dos cuadras hasta la Plaza de Armas nos llevaba más de 15 minutos, los pasos se hacen lentos, por la falta de aire, pero cuando uno da la vuelta a la esquina y la ve, lo primero que sale es un Oh, que maravilla!!!.........ya no importaba nuestros pasos de tortugas, ni el cansancio que produjo esa pequeña caminata, el lugar es imponente….no creo que ninguna foto haga mérito a su belleza.

El nombre original de la capital del imperio era Oosqo, que por deformación auditiva de los españoles se transformó en Cusco o Cuzco.  Actualmente hay un movimiento que pretende cambiar el nombre de la ciudad a su nombre original : Qosqo.

Sin lugar a dudas, Qosqo, Cusco o Cuzco es la capital Arqueológica de Sudamérica, Patrimonio Cultural de la Humanidad, posee la magia, encanto y el misterio de su glorioso pasado incaico entremezclándose con la época colonial. Una joya  que tendré siempre presente.

 

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