Santiago Rusiñol i Prats (Barcelona, 1861 - Aranjuez, 1931) fue escritor, pintor e ideólogo del movimiento modernista catalán, popular figura de la vida bohemia que fue el alma de las fiestas modernistas de Sitges. Nace en una familia de la alta burguesía catalana y, siendo adolescente, trabaja en el negocio textil familiar. Huérfano a los 22 años tendrá que hacerse cargo de la empresa y no podrá dedicarse a la pintura. Dibujará a escondidas:
"La intransigencia de mi abuelo me privó de pintar, leer, escribir otros asuntos que no fuesen facturas, hasta que no se fue de este mundo".
1911 - Faune vell
Bien cumplidos los veinte años y muerto ya el abuelo, pudo satisfacer plenamente sus ansias de formación artística; asistió con gran aprovechamiento a las clases de Tomás Moragas y frecuentó el Centro de Acuarelistas, del cual fue uno de los fundadores.
1904 - Jardín en Mallorca
En 1889 Rusiñol y su amigo el pintor Ramón Casas realizan muchas actividades juntos. Exponen en la Sala Parés de Barcelona sus retratos recíprocos, en un ambiente degradado, escandalizando a la burguesía catalana a la que ambos pertenecían.
1919 - Glorieta de cipreses del Jardín del Príncipe, Aranjuez
Introvertido y atormentado, la pintura y la literatura se convierten en su principal vocación. El mito de Rusiñol comienza a forjarse. En París pasará largas estancias; primero en el bohemio barrio de Montmartre donde realiza retratos, vistas urbanas, escenas de interior y temas marginales. El ruralismo de sus pinturas se va transformando en un naturalismo que emana soledad.
1907 - Jardí d'Aranjuez. Glorieta II
En 1893 compartirá un apartamento en el Quai de Boubon con el pintor Ignacio Zuloaga con quien visita Italia, sobre todo Florencia, y se enamora del paisaje embellecido, en vez del natural que impusieron los impresionistas.
1903 - Jardín de las Elegías. Son Moragues
Será en Granada donde el jardín se convierte en su tema principal y desde entonces no pintará más que jardines.
En 1895, a causa de una enfermedad renal, su adicción a la morfina le lleva casi a la muerte. Su esposa, que aún sigue enamorada del artista genial y bondadoso, acude su lado para iniciar en París una cura. Rusiñol recupera su creatividad y también a su esposa e hija.
Los Jardines de Aranjuez
En el año 1897 Santiago Rusiñol viaja a Granada, donde realiza una serie de jardines (los cármenes, la Alhambra…) inspirados en la delicadeza de los parterres nazaríes, en los que la vegetación, el agua, la luz y los elementos arquitectónicos constituyen componentes esenciales. Finalizada la estancia granadina, Rusiñol ensaya las nuevas fórmulas pictóricas retratando asimismo los jardines de los lugares en los que vive o que visita: Sitges, Valencia, Játiva, Mallorca y especialmente, Aranjuez.
1930 - La Glorieta de los Cipreses, del Jardín del Príncipe
En la primavera de 1931, superada una crisis de uremia, muy débil, se traslada a Aranjuez a pintar sus jardines.
La vigilia de su muerte aún pinta sin pausa; fallece el 12 de junio en 1931.
1931 - El estanque