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viernes, 2 de diciembre de 2016

Gotas de sabiduría 33


Hay momentos que hay que aclarar la mente para encontrar las respuestas que tanto anhelamos y hay veces que leer alguna reflexión nos ayuda a encontrar la respuesta, quizás en alguna de esta 14 nuevas tarjetas que he hecho en photoshop, esté alguna frase que de claridad a tu alma.


martes, 8 de noviembre de 2016

Gotas de sabiduría 32


En esta presentación muestro las últimas 15 tarjetas que realicé en photoshop…como siempre las frases que van a leer son sacadas de internet o son pensamientos propios, pero la intención de todas es que, tal vez, nos ayuden a sentirnos mejor con nosotros mismos.

viernes, 14 de octubre de 2016

Gotas de sabiduría 31


Este powerpoint son 14 nuevas postales con reflexiones, pensamientos positivos que ayudan a ver que “a pesar de…”, no todo es tan “negro” y siempre hay una luz si miramos y logramos sentir los acontecimientos de diferente manera.

viernes, 22 de julio de 2016

Gotas de sabiduría 30


Me parece mentira que ya sean 30 las publicaciones de las tarjetas que hago en photoshop y que comencé simplemente para entretenerme y un día se me ocurrió unirlas en un presentación de powerpoint … mi intención desde el principio con estas frases que encuentro en internet o a veces pienso, es dar diferente óptica a las cosas que estoy segura que todos sentimos alguna vez, pero sobre todo reafirmar una y otra vez que está en nosotros, en nuestro interior la llave para ser felices. Espero les guste. Un saludo a todos.

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jueves, 16 de junio de 2016

Gotas de sabiduría 29


En este powerpoint les muestro las últimas doce tarjetas que he hecho en photoshop, con pensamientos propios y reflexiones sacadas de internet que, quizás, ayuden a sentirnos mejor..


martes, 31 de mayo de 2016

El tiempo perdido ( Un fragmento de un escrito de Merce Roura)





He perdido tanto tiempo sin amarme… Sin sentirme, sin despojarme de historias desgastadas y miedos infantiles. Sin mudar la piel donde llevaba escrito el fracaso y el ridículo, sin borrar la mueca triste de no haberme atrevido a existir sin excusarme todo…He perdido alma buscando mi alma.
.........................

domingo, 8 de mayo de 2016

 ♥ Si me ves cansado ♥

Si me ves cansado, fuera del sendero, ya casi sin fuerzas para hacer el camino...
Si me ves sintiendo que la vida es dura, porque ya no puedo,
porque ya no sigo..
Ven a recordarme cómo es un comienzo, ven a desafiarme con tu desafío. Muéveme en el alma, vuélveme al impulso, llévame a mí mismo...
Yo sabré entonces encender mi lámpara en el tiempo oscuro y entre el viento frío volveré a ser fuego desde brasas quietas que alumbren y revivan a mi andar peregrino.
Vuelve a susurrarme aquella consigna del primer paso para un principio.
Muéstrame la garra que se necesita para levantarse desde lo caído.
Si me ves cansado fuera del sendero, sin ver más espacios que el de los abismos.
Trae a mi memoria que también hay puentes, que también hay a las que no hemos visto...
Que vamos armados de fe y de bravura, que seremos siempre lo que hemos creído.
Que somos guerreros de la vida, y todo nos guía hacia nuestro sitio.
Que un primer paso y que un nuevo empeño, nos lleva a la forma de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla, se agita, estremece, deshoja y retoña pero queda erguido.
Que el único trecho que da el adelante es aquél que cubre nuestro pie extendido...
Si me ves cansado, fuera del sendero, solitario y triste, quebrado y herido, siéntate a mi lado, tómame las manos, entra por mis ojos hasta mi escondrijo.
Y dime se puede e insiste: se puede, hasta que yo entienda que puedo lo mismo.
Que tu voz despierte, desde tu certeza, al que de cansancio se quedó dormido.
Y tal vez, si quieres, préstame tus brazos, para incorporarme,nuevo y decidido.
Que la unión es triunfo cuando ambos vamos con el mismo brío...
Si me ves cansado, fuera del sendero, lleva mi mirada hacia tu camino hazme ver las huellas, que allá están marcadas, de un paso tras otro por donde has venido...
Y vendrá contigo una madrugada, la voz insistente para un nuevo inicio.
Que abriré otro rumbo porque sí, he creído, que siempre se puede,se puede, MI AMIGO.
Vera da Carvalho.

viernes, 1 de abril de 2016

Gotas de sabiduría 28


Esta presentación en powerpoint muestra las 14 nuevas postales que realicé en photoshop con frases y pensamientos que quizás, alguna de ellas, ayuden a mejorar la felicidad y estar más a gusto con uno mismo.

viernes, 4 de marzo de 2016

Seamos nuestra mejor versión…



A veces, nos suceden cosas que no podemos controlar, pero si que podemos incidir en nuestros pensamientos y nuestra actitud ante ellas… Podemos decidir que no las merecemos y luchar para cambiarlas cuando sea posible, actuar como lo que somos, alguien que merece lo mejor, que sueña con superarse…
Si aceptamos lo que no merecemos, sin ni siquiera rechistar, acabamos mereciéndolo, nos volvemos pequeños y tristes, cuando en realidad, nuestro potencial es infinito.
Soñemos a lo grande, sin límites, vivamos nuestros sueños hasta que nuestros sueños nos transformen.
Seamos nuestra mejor versión…
Merce Roura

sábado, 27 de febrero de 2016

Gotas de sabiduría 27


En esta presentación de powerpoint les muestro las últimas tarjetas con frases que he hecho, como siempre las frases son sacadas de internet o pensamientos propios y los diseños los he creado en photoshop. Espero que alguna de ellas les haga reflexionar y ser más felices.

martes, 12 de enero de 2016

Suplicando lluvia…

Siempre esperando… Y no es nunca el momento. Hoy porque es ya tarde. Mañana porque el sol brilla con demasiada intensidad. De día porque hay mucha gente. De noche porque tienes sueño.
Y en la vida nunca te pasa nada, porque no haces nada para que te pase.
Caminas en circuito cerrado. Respiras aire viciado. Comes lo mismo al mismo ritmo, el mismo día de la semana y mientras pruebas ese sabor conocido piensas lo mismo y llegas las mismas conclusiones. Te tragas los mismos problemas y te haces las mismas preguntas para llegar a las mismas respuestas. Notas la misma punzada en el pecho que te dice que retrasas el reloj de tu vida pero que tú decides interpretar como “estoy cansada”. Siempre a la misma hora, tras el mismo gesto, después de mirar las mismas caras y esperar que algo nuevo pase y te salve del recorrido que te espera, que es el mismo de siempre. Te sientes minúscula, remota, aislada.
Y sueñas que cae un rayo y que diluvia y el camino se inunda y tienes que tomar un camino distinto y juegas a imaginar qué pasa entonces y quién se cruza a tu paso… Esperas que la naturaleza haga lo que tú no te crees capaz de hacer… Cambiar de recorrido, de pensamientos, de rostro, de mirada… Romper con una rutina que te atraganta y te bloquea el alma. Encontrar un rostro nuevo que te diga lo que nunca has escuchado y que su voz te transporte a un lugar que nunca has conocido para sentir algo que jamás has sentido.
Y el rayo no cae, el sol dibuja sus sombras por el camino de siempre y sueñas lo mismo, sueñas que sueñas y que te atreves, que das la vuelta y todo cambia. Que pasa algo inesperado, que te cruzas con tu destino y te pone buena cara. Que cuando pasa a tu lado, te roza la blusa y te sonríe, mientras esbozas tu cara de sorpresa y te sientes especial e inmensa. De una inmensidad encapsulada porque todo es ficticio y nada de eso pasa, nada se nota ni te cala el vestido de siempre. Sueñas que puedes. Que rompes. Que rasgas. Que puedes arañar un poco esa capa de monotonía que cubre tu entorno y circunda tu vida un metro y medio y hace que nunca pase nada, nada de eso que quieres que pase… Eso que ni siquiera te atreves a nombrar porque no quieres admitir… Porque si entonces no podrías soportar que no tocarlo, no verlo, no olerlo… Sueñas que tienes agallas, que tienes ganas, que te sueltas  y caes rondando sin importar a dónde…
Sueñas que bailas. Sueñas que tu rostro se inunda de carcajadas. Sueñas que arrasas. Que dices lo que piensas y siempre callas… Sueñas que ya nunca más te quedarás quieta esperando que pase lo que deseas.
Aunque sigues andando por tu calle de siempre devorando los minutos y sigue sin pasar nada, porque tú no haces eso que deseas, no te mueves. Porque llevas años, siglos sin moverte más de lo puramente necesario para compensar la gravedad y el asco. Y el rayo no cae, no llega la tormenta, no te lleva la corriente y sigues estancada.
Siempre esperando algo que nunca llega y nunca cambia nada. El camino se hace estrecho y tu cabeza da vueltas a las mismas ideas con las mismas palabras. Posas tus ojos en las mismas flores, reposas tus pies en las mismas baldosas donde las mismas bailarinas burlonas de siempre dibujan extrañas figuras y se ríen en tu cara…
Asqueada de tanta cordura, de tanta moderación y cautela… Harta de una sensatez sin substancia, sin sabor, sin placer ni alma.
Eternamente cansada de estar cansada.
Eternamente triste de estar triste.
Eternamente rota por estar siempre rota.
Eternamente prudente y casi desquiciada.
Eternamente decepcionada. Con la vida y contigo misma por no hacer nada, por no cambiar en nada. Por ser incapaz de llevar la contraria y pedir. Por no dejar de ceder. Por no amar como mereces. Por no negarte a llevar la carga… Por no cerrar esa puerta que hace tiempo que debiste dejar de cruzar. Por no decir no, por estar en silencio sin levantar la voz ni ser capaz de reclamar el pedazo de alegría que te corresponde.
Eternamente frustrada por no saber equivocarte, por no atreverte a saltar y no tener el valor de quedarte a la segunda parte de nada, por no tener valor de tomar el atajo o surcar el lado desconocido de tu vida insulsa.
Eternamente condenada a no cambiar, a no brillar, a no destacar, a no sorprender, a no ser origen ni destino de nada,  a no crear ni modificar, a no escandalizar… Escondida, recóndita, enclaustrada en tu propia cabeza y en tu mínima capacidad por quebrantar las normas que te atan.
Eternamente asqueada porque el rayo no cae y no hay excusa  que te salve de la amargura acumulada… Y te sientes incapaz de fabricarla. Suplicando que llueva… Y que la lluvia te cubra y arrastre a dónde deseas ir. Anhelando que el diluvio te lleve donde tu cobardía y tu escasa osadía no te dejan…

  Merce Roura

jueves, 7 de enero de 2016

Gotas de sabiduría 26


Esta presentación de powerpoint,trae 12 diapositivas realizadas por mi en photoshop con pensamientos propios y otros que he encontrado en internet…todos tienen un mensaje positivo que tal vez ayuden a ver la realidad de cada uno, de una manera diferente. Un saludo a todos y que este año que comienza sea lleno de felicidad.

martes, 1 de diciembre de 2015

Ella cuenta historias

Ella cuenta historias. Algunas son tristes, otras desesperadas. Siempre llevan prendido un poco de esperanza, aunque sea líquida, aunque sea incómoda, aunque para encontrarla tengas primero que darte cuenta de que llevas siglos en el tramo equivocado de un camino por el que no avanzas… A veces, sólo la ven los que la buscan, otras, sólo los que la encuentran y no sabían que la buscaban.
Ha pasado muchos años ignorando que la querían. Ha pasado muchos años suplicando que la quisieran los que la ignoraban.
Ha pasado demasiados años sin quererse lo suficiente como para construir sus alas… Y ahora va con prisas y acelerada.
Escribe porque las palabras le apaciguan las punzadas que siente en el pecho cuando el mundo da la vuelta y ella se cae, a pesar de agarrarse con fuerza. Escribe porque las palabras calman la angustia… Porque cuando su alma está cansada, las palabras la arrastran y empujan al punto de partida para volver a empezar de nuevo…

Sus historias son el resultado de cada paso que tuvo que dar para poder soportar mil noches sin tregua, de pensamientos cargados de nostalgia, de viento huracanado y de sapos que parecían esconder príncipes pero no escondían nada…
Ella ha aprendido a transformar su dolor en sueño, en una casi belleza desatada y bárbara… En algo asequible para que el mundo se de cuenta de que hay camino por recorrer y de que apenas está al principio. Para que sepa que hay mucho por hacer y que el camino que nos espera es el que nosotros decidamos dibujar.
No sabe nada. No lo sabe hasta que no deja fluir las palabras y les da forma.
Amasa vientos y encierra tempestades en palabras, en frases que se repite cuando tiene frío o está demasiado cansada para esbozar nuevos caminos. Hay noches en que se siente como una araña minúscula intentando recorrer la gran muralla china…
Hay días en que se mete el mundo en el bolsillo y juega con él mientras toma café mirando el manto verde de su montaña.
Cuando está contenta, dibuja lugares que casi no existen y cuentos donde las marionetas bailan sin que nadie mueva sus hilos. Sus personajes son siempre libres, aunque a veces, no lo saben.
Cuando está sola, vive de sueños y si se esfuerza mucho casi los toca. Cuando se aburre, enciende el faro y ve acercarse los barcos a su vera…
A veces es tan arisca que ella misma se araña. A veces, se siente tan diminuta que se cuela por las rendijas de las puertas y las ventanas.
Cuando está emocionada sus lágrimas pesadas y densas arrastran el pedazo de mundo en el que habita. Cuando ríe, un amarillo intenso pinta el cielo y estalla en sus ojos de fiera encerrada.
Ella cuenta cuentos de princesas guerreras y caperucitas malvadas… De lobos que se arrodillan, de brujas hermosas y de bestias cansadas de ser bestias…
A veces, no puede moverse, porque su cuerpo no le pertenece y está demasiado cansada para no recordar dónde empiezan sus dolores y dónde acaban sus ganas eternas de negarlos… No quiere que sus estigmas la persigan, no tolera que su equipaje le recorte la esperanza…
Hay tanta vida en sus pupilas como fuego en sus palabras. Hay tanto sueño en su vida como nieve en su recuerdo y astillas en su alma guerrera.
Ella camina. Quiere llegar pero, sobre todo, quiere sentir. Quiere compartir y notar… Quiere dejar de pensar, un rato. Quiere dejar de esperar y de estar alerta… Quiere soltarse y bailar… Que su cuerpo rígido, sea flexible y mágico.
Ella cuenta historias. Se evade del mundo para contar cómo es el mundo. Se aleja para sentirse cerca. Se escapa para regresar con ganas… Se va para volver sin miedo.
Tantas veces ha quedado hecha trizas que ha cambiado de forma, aunque no de esencia. Tantas veces ha estado rota que atesora con orgullo sus grietas para recordar que supo remendarse.
Lo que no existe, lo inventa…
Lo que no soporta que no exista, lo imagina y lo atrapa.
Cuando ama, un atardecer malva rasga un cielo azul y todas las palomas salen volando buscando un tejado seguro.
Cuando se siente libre, vuela sin apenas levantar la vista.
Cuando se ilusiona, no se nota nada especial porque ella siempre está ilusionada.
Ella cuenta historias tristes, a veces, pero siempre tienen prendido un pedazo de esperanza…
Merce Roura

jueves, 12 de noviembre de 2015

Gotas de sabiduría 25


Cada diapositiva que realizo en photoshop, trae pensamientos ajenos y propios que nos invitan a reflexionar sobre la vida …quizás alguna de ellas ayude a ver las circunstancias de la vida de una forma diferente. 
Espero les guste !

lunes, 9 de noviembre de 2015

A veces... vuelo

Sucede durante pocos segundos. Es casi una sensación, una sacudida que me acaricia y me hace sentir que puedo con todo.
Me pasa cuando estoy harta y decido que ya no acumulo más rabia y vacío la mochila de horrores y chismes perversos.
Cuando estoy en el tren, mirando por la ventana, y el mar salpica las rocas y me doy cuenta de que hay mucha belleza que no abarcan mis sentidos. Y al volver la vista, mis ojos chocan con los de una niña que ríe y lleva zapatos rojos.
Vuelo cuando pido perdón por uno de mis millones de errores y al otro lado encuentro comprensión y caricias. Cuando me doy cuenta del poder que tienen las palabras y del que tenemos todos al usarlas sin saberlo.

Me pasa cuando escribo. Cuando cuento historias raras y alguien las lee y me dice que se ha emocionado o me da las gracias cuando soy yo quién debería pasar una eternidad agradecida por el gesto.
A veces vuelo cuando miro atrás y recuerdo que pude y que insistí a pesar de que hubo momentos en que tenía una necesidad inmensa de tirar la toalla. Me veo fantástica y me da esperanzas para creer que todos, cuando queremos, somos maravillosos.
A veces vuelo mientras lloro porque puedo transformar el dolor en magia.
Vuelo si amo y, como amo mucho, vuelo sin parar. Vuelo durante los abrazos de más de seis segundos y con cualquier tipo de beso deseado y buscado. A penas levanto un milímetro del suelo, tal vez ni siquiera eso, pero noto como mis pies flotan y el aire se llena de oxígeno y una euforia densa me cubre el pecho.
Vuelo y, cuando vuelo, el corazón se me acelera y el pulso escribe notas en mi cabeza para que cante sin abrir la boca y baile sin moverme apenas…
Cuando camino un rato, puedo volar. La soledad me invade y todo a mi alrededor se vuelve lento y mientras yo doy un paso el mundo está quieto y puedo metérmelo en el bolsillo .
Vuelo si sueño despierta y el deseo de tocar ese sueño es tan intenso que las lágrimas de ilusión por imaginarlo inundan mi rostro cansado pero acelerado de tanto inventar…
Vuelo si pongo paz y si cierro heridas. Vuelo si alguien a mi lado puede volar o es capaz de creer que yo pueda.
Vuelo cuando la bestia me mira y sé que me quiere, a pesar de ser tan feroz que todo el mundo crea que va a devorarme las manos con las que la acaricio.
Vuelo si puedo imaginar que vuelo.
Vuelo si me quiero tanto que me perdono las erratas y dejo de culparme por no haber existido en una perfección imposible.
Puedo volar si puedo sentir. Si consigo mirar al abismo y pensar que voy a esquivarlo a golpe de conciencia. Si me noto tan elástica que doy la vuelta y me adapto al marco de la foto que me hago cada día.
Si me respeto a mi misma tanto que soy capaz de no reprocharme, ni medirme, ni recortarme. Si soy capaz de mirarme con ojos bondadosos.
Si me quiero y encuentro hermosa, vuelo… Si a pesar de estar muy cansada, pretendo insistir… Vuelo.
Si camino por un pasillo lleno de caras agrias y no me importa… Vuelo.
Vuelo cuando me lo juego todo, tanto si me equivoco como si acierto, porque lo que cuenta es la intención y el gesto…
Vuelo si estás a mi lado y me abrazas.
Vuelo cuando tengo tanto miedo que levanto la cabeza y sigo adelante para no darme cuenta de que lo tengo y no quedarme paralizada. Cuando admito que tengo miedo y soy capaz de decirlo en voz alta.
Vuelo cuando no oculto de mi esencia y me atrevo a mostrarla. Cuando mi imprudencia supera mis complejos, cuando me arriesgo a perder y pierdo y me miro a la cara.
Vuelo cuando no me avergüenza admitir que vuelo y hablo cuando muchos desearían que me quedara callada.
Vuelo, pero vuelo poco y vuelo corto aún, porque a menudo me preocupa demasiado perder el control y me ocupo demasiado en demostrar al mundo que valgo la pena… Y esa lucha por defenderme de un mundo, que en el fondo no me ataca como yo creo, me quita energía y me resta magia.
Vuelo bajo porque mientras vuelo no siempre me suelto ni confío en mi misma como merezco… Porque la cabeza se me llena de pensamientos funestos y se adueñan de mi ánimo.
A veces, vuelo. Es sólo un instante, y a menos de un milímetro del suelo, pero es tan grande esa sensación que casi me noto las alas.
Merce Roura

viernes, 23 de octubre de 2015

Cosas que aprendí en la cuerda floja

Que prestamos poca atención a nuestras emociones

Cuando, en realidad, somos un amasijo de ellas. Lo que sentimos nos guía y remueve. Nos dice si vamos bien o mal, nos dibuja el camino como si fuéramos niños y nos desplazáramos por la vida a base de “frío, frío, caliente, caliente”. Nuestras emociones son la brújula para saber si lo que hacemos nos hace grandes o nos hace pequeños. Si nos lleva la pasión y el entusiasmo o nos vendemos a la rutina y el hastío… Si somos extraordinarios o decidimos ser corrientes y vivir con poco riesgo y mucho control sobre nuestra vida. Si nos soltamos o nos amarramos, si amamos o buscamos sucedáneos…

Que no hay fórmulas magistrales ni pócimas mágicas
A menudo necesitamos aferrarnos a indicaciones que nos dan otras personas. Frases que nos motiven, palabras que despiertan en ellos un subidón de adrenalina que les ayuda a subir sus montañas particulares y que esperamos que nos lleven a la cima a nosotros sin pasar por todos la peldaños de la escalera que ellos ya han subido. Preguntamos a otros para saber qué debemos hacer para poder salir del callejón oscuro en que nos encontramos, pero sólo pueden ayudarnos a hacernos más preguntas porque cada uno tiene sus respuestas. Los mantras que nos repetimos para poder seguir son individuales e intransferibles. Están diseñados con el ADN de lo que soñamos y deseamos, con nuestros miedos y nuestros triunfos… Como la canción que nos hacía dormir cuando éramos niños o la caja de secretos que teníamos escondida bajo la cama.

Que ya tenemos las respuestas que buscamos
Las llevamos dentro. Las sabemos siempre de antemano, pero a veces no queremos verlas o no podemos porque nos falta perspectiva. Porque ponemos el foco en el lado equivocado y hay una parte que nos queda oscura y no visualizamos. A menudo, incluso somos conscientes de que no lo vemos todo, pero no sabemos cómo cambiar esa perspectiva. Damos vueltas en un rincón, en una esquina reducida de una gran extensión de terreno que está ante nosotros y casi no nos atrevemos a explorar. Como si nos pasáramos la vida subiendo y bajando el mismo escalón y quisiéramos llegar al cielo o nuestra vida se limitara al metro cuadrado que nos rodea.

Que a veces nos hace falta que alguien nos ayude a ver lo que pasa desde fuera
Que alguien nos ayude a saber qué evitamos y nos dibuje con ojos realistas pero amables. Que nos haga una composición del paisaje que tenemos ante nosotros y nos diga esas obviedades que no queremos o no podemos oír y que son tan necesarias… Porque a veces estamos ante el mar y sólo vemos la arena y cada vez que miramos al cielo encontramos una nube que nos tapa la luz que necesitamos… Aunque ahí está, siempre.

Que lo importante no son las respuestas, sino las preguntas
A veces creemos que sabemos mucho porque hemos madurado. Porque a base de tanto tropezar, hemos encontrado muchos trucos para sobrevivir y levantarnos. Porque cada día nos conocemos más a nosotros mismos y eso nos permite gestionar mejor nuestras emociones y no traicionarnos… Aunque a menudo, no nos damos cuenta de que no nos hacemos las preguntas adecuadas para pasar al siguiente nivel evolutivo de nuestra vida. Que las eludimos o las pasamos por alto, que debemos replanteárnoslo todo desde el principio porque tal vez nuestros credos están equivocados o ya no nos sirven porque hemos cambiado y no nos representan. A veces, pensamos que estamos en la casilla de salida y en realidad llevamos tiempo en la cárcel y debemos empezar a jugar y apostar por nosotros. ¿Cuál es la ruta? tus valores, tu forma de existir, tus líneas rojas, aquello que quieres ser y lo que no… Lo que nunca dejarías de lado y lo que no te importa perder. La imagen de ti que tienes cuando das rienda suelta a tus pensamientos e imaginas un futuro mejor…

Que el miedo nos cierra los ojos y nos fabrica excusas
Nos maneja y achica, nos hace pequeños y nos paraliza como estatuas donde las palomas hacen algo más que anidar… Todo lo dicho antes no sirve de nada si no estamos dispuestos a pasar frío y saltar. Porque a veces lo que nos conviene es incómodo y nuestro sueño está al final de una pasarela que se tambalea y se agita con el viento, que tiene cien años y al sujetarse en ella, te araña las manos… Que por el camino hay muchas dificultades pero que son nuestras, escogidas por nosotros y conllevan la esperanza de llegar a la meta… Y que lo que buscamos está fuera de nuestro circuito habitual, pasando por la cuerda floja.
Que al llegar a la meta, todo vuelve a empezar…

Merce Roura

miércoles, 14 de octubre de 2015

Vivir sin paraguas…

Sabes que has madurado porque te importa más lo que sientes que lo que piensas. Porque has aprendido que en realidad son “los medios los que justifican el fin” y que “lo bueno si es breve es un fastidio”. Porque llevas siempre la sonrisa puesta por si acaso y de quién más te ríes es de ti mismo…
Te has hecho mayor porque cuando caminas estás tan pendiente de lo que ves que a veces olvidas a dónde vas pero siempre llegas. Porque persigues lo que quieres con ganas, pero nunca permites que el esfuerzo te borre el entusiasmo. Porque para ti es tan importante disfrutar como conseguir tu sueño.
Sabes que has crecido como persona porque ya no te peleas ni empiezas batallas para demostrar quién eres, ni lo que vales. Porque no necesitas que te entiendan y no te importa lo que piensen de ti.

Porque te aceptas y te quieres tal y como eres. Porque madurar es aprender a quererte y respetar tu esencia. Porque lloras más pero es de emoción y alegría.
Has cambiado porque dices mucho más que “no” que antes y ya no besas sapos esperando encontrar príncipes… Porque ya no buscas príncipes sino parejas de baile… Has cambiado porque ahora encuentras belleza en todas partes y no alcanzas a comprender cómo no te diste cuenta antes de lo hermoso que eras.
Has madurado porque ya no necesitas ganar para sentir que mereció la pena la carrera. Porque encuentras oportunidades a puñados cada día en los lugares más comunes y sabes que puede haber magia en todos los rincones.
Has crecido porque ya no esperas que te llegue la inspiración, la fabricas. Porque te has dado cuenta de que prefieres los zapatos gastados a los zapatos nuevos, porque cuando quieres algo lo pides y no estás sujeto a un pasado que te golpea y limita.
Porque madurar es entrar por la ventana y nunca cerrar la puerta…

Eres mayor porque luchas por conseguir lo que sueñas pero valoras lo que tienes. Porque cada día te gusta más jugar y arriesgar y estás dispuesto a superarte. Porque cada vez que caes, no buscas la salida para huir sino que prefieres quedarte y dar la cara… Porque valoras los fracasos tanto como los triunfos y sabes que si no caminas por la cuerda floja nunca aprenderás a tener equilibrio. Porque has descubierto que todo lo que realmente importa se consigue dando pasos en falso y corriendo el riesgo de fallar.
Porque para ser, no necesitas aparentar. Porque para llegar no necesitas pisar a otros. Porque no temes mostrarte y no te importa que las miradas de otros no te aprueben.
Has cambiado y ya no quieres gustarle a todo el mundo, ya no lo necesitas… Y te das cuenta de que cada vez estás más dispuesto a hacer el ridículo por lo que crees o quieres.
Porque madurar es a veces quedar en evidencia y decir en voz alta lo que muchos sólo se atreven a susurrar.
Sabes que has cambiado porque el deseo supera el miedo y todo lo que ahora te parece coherente antes pensabas que era una locura. Porque no tienes que esperar a que suene la música para dejarte llevar y a pesar de tu impaciencia has aprendido a esperar lo bueno.
Porque madurar es vaciar el equipaje y arriesgarse a seguir el camino sin paraguas. Madurar es aprender a vivir sin paraguas…
Madurar es quitarse el abrigo y salir de la cueva, tocarlo todo aunque tenga espinas, ensuciarse y salir a la calle para que te toque el sol y la lluvia te inunde los sentidos. Madurar es arriesgarse con la partida perdida de antemano y ponerse en primera fila… Madurar es mostrar lo que eres sin temor a brillar ni destacar, llevar la contraria y aguantar la embestida, si hace falta, para no vivir una vida que no te llena.
Porque cuánto más creces más niño eres y más historias fantásticas imaginas…Sabes que ya eres esa persona que deseas ser porque cada día tienes miedos nuevos y desconocidos pero consigues que ninguno de ellos te paralice… Porque has abandonado la concha y aunque hace frío, no te planteas volver a esconderte.
Has dado el gran vuelco porque sabes que pase lo que pase, tendrás fuerza para superarlo aunque ahora no sepas cómo. Porque tus amigos son personas extraordinarias y sencillas y escoges a tus compañeros de viaje por las risas… Ya no esperas demasiado, pero sueñas mucho… Y la mayor parte de tus sueños no son nada que se pueda tocar o meter en una caja.
Porque madurar es sentirse cada día más joven y más libre, más ligero, menos sujeto a la gravedad…
Sabes que has cambiado porque has dejado de pensar demasiado y dejas que tu cuerpo se estremezca con nuevas sensaciones… Porque te lo replanteas todo, incluso aquello que pensabas que era inmutable y se había convertido en credo. Porque te apasionas por todo, sea grande o pequeño…
Te has hecho mayor y más sabio porque has aprendido a dominar tus silencios y escoger tus palabras…
Eres grande porque te das cuenta de que las únicas cadenas que te pueden atar son las que te pones tú mismo. Porque nada te ciñe a ningún destino, ni siquiera tus prejuicios ni tus temores más profundos…
Has madurado porque amar te hace tan feliz como ser amado…
Merce Roura

lunes, 28 de septiembre de 2015

Vivir  2 veces

Desde hace un tiempo, me lo cuestiono todo. Desde lo mínimo a lo máximo.
Reviso mis creencias, mis ideas, mis enfoques Lo hago por si son caducos. Por si ya no son míos o están agotados. Por si pertenecen a un yo que ya no existe o ha cambiado. Los pongo a prueba por si ya no me son válidos o si, sin saberlo, me coartan, me enjaulan o me hacen daño. Me cuestiono más lo que sé porque me lo dijeron un día hace mil años, que lo que creo saber porque lo intuyo. Me cuestiono más lo que me dicen que lo que veo hacer y comparto Todo aquello que daba por hecho porque desde el principio de mis tiempos fue así y no veía otras opciones. Lo que más dogma es para mí y menos fisuras parece tener, aún lo pongo más a prueba. Como si me construyera un nuevo mapa. Sin renegar de nada ni de nadie, sin cambiar de camisa, tan sólo observando la realidad, la mía claro, desde un prisma distinto y menos cansado y reducido. No es una pugna entre lo nuevo y lo viejo Es una mirada con ojos ilusos y sin prejuicios. Una conversación entre aquel yo pequeño que fue, un poco crédulo y miedoso, y el que ha crecido y ha ido quitándose capas de piel y estigmas. Un test para saber qué es lo que aún me creo y lo que debo revisar No los valores, claro, algunas esencias que tal vez tienen más perfume que cuerpo más color que substancia He pensado que, al final, lo que pese más en mí porque tenga solera, seguro que permanece Lo que me define, lo que me hace seguir y buscar alternativas, se quedará conmigo.
Pocas cosas se salvan en mi vida de pasar por este nuevo tamiz.  Quizá sólo mis amores, que por más que no pasaran la prueba serían perdonados de forma automática. Al fin y al cabo, hay un montón de convenciones sociales que se inventaron en una época en la que nadie sabía lo que era el ordenador y la vida se guiaba por la evolución de las cosechas, que el paso del tiempo ha revisado y olvidado.
No es malo volver a las raíces y en algunos momentos mirar el cielo para saber si va a llover. Sobre todo, porque hemos perdido esa ciencia de mirarnos a los ojos e intuir qué sentimos y lo que nos duele. Sin embargo, a menudo,  nos afanamos por ceder y cumplir ante una sociedad a la que le han caducado algunos de los principios.
Y un día, te levantas y les dices a los tuyos Quiero cambiar de vida. Voy a arriesgarme…” y esas personas  a las que conoces, muchas de ellas con carreras universitarias y algunos máster en cosas que suenan muy bien en inglés, te sacan del baúl de los recuerdos una retahíla de plagas bíblicas para que no cometas el error de salir de tu cáscara de huevo.
Les cuentas que hay riesgo, pero que lo has calculado. Que nada en la vida es al fin y al cabo estable ni eterno y que esas dos palabras ha llegado un momento que te suenan tan rutinarias y faltas de emoción que no puedes soportarlas. Que estás cambiando y tu forma de ver la vida ha evolucionado, que necesitas materializar ese cambio que hay en ti para que lo que te rodea esté acorde a ese nuevo yo. Que sueñas con hacer muchas cosas y deseas intentar cumplirlas. Que tienes miedo, pero que la ilusión lo supera en mucho
No quieres esperar más para ser feliz. Tu momento es ahora. Les hablas con los ojos henchidos en un brillo especial, con un entusiasmo feroz y casi infantil y ellos te miran con cara de pánico. Esperan que tu locura cese y vuelvas a ser tú… Es que éste ya no soy yo-dices-me he ido apagando y necesito probarme, asumir retos y subir un escalón en mi propia evolución.
Entonces te das cuenta de que tienen tanto miedo como tú… A descubrir que sus vidas son insulsas. A asumir que, en realidad, ellos también hace tiempo que no son ellos mismos. A darse cuenta de que tal vez tu locura sea contagiosa y, si te sale bien, ellos sientan que deberían hacer algo que no hacen y la conciencia les llame a la puerta cada día de esas vidas rematadamente aburridas que tienen
Por eso, se sacan de la chistera todos los refranes que conocen Te dicen que más vale malo conocido, que bueno por conocer y ¡no es cierto! No siempre, tal vez lo que venga sea maravilloso Quién se inventó ese refrán tenía mucho miedo y modorra La pereza se le comía las ganas ¿Y si lo que puede suceder es algo grande?
Insiste en que más vale prevenir que curar, seguro, aunque no se puede prevenir todo porque a veces es necesario perder en control un poco y ser sorprendido por la vida y las circunstancias Si no dejamos margen, no habrá magia.
Te recuerdan que lo bueno, si es breve, es dos veces bueno y a mí me parece una barbaridad inventada por alguien que tenía terror a la felicidad y vivía siempre con los guantes puestos para no ensuciarse Porque no quiero quedarme con las ganas, ni pasarme la vida pensando qué podría haber pasado. La brevedad no significa siempre intensidad
Lo que me recuerda que siempre he pensado que el hábito sí que hace al monje . No es lo único, no somos sólo apariencia, cuenta lo que hay dentro, pero yo siempre he creído que forma y fondo deben ser uno y que lo que nos cambia por fuera influye y nuestro interior y al revés Siéntete  grande y crecerás. Cuando nombras lo que sueñas, el sueño está más cerca de hacerse realidad Si te pones el traje de héroe y actúas cómo si lo fueras ¿No lo eres ya un poco? Alguien me dijo un día que debes actuar ya cómo lo harías si ya fueses lo que quieres llegar a ser Como sonreír sin ganas para mejorar el estado de ánimo o estar en la estación por si pasa el tren El hábito hace al monje,  porque viste como un monje y se siente así. Si te sientes cambiado, si tienes ganas de completar ese cambio, lo que te rodea, en la medida de lo que puedas, tiene que reflejar ese cambio.
Y por, cierto, cuando madrugas, amanece más temprano…  Al menos para ti, porque el tiempo te cunde y puedes hacer muchas cosas más ¿Importa que el resto del mundo duerma y debas esperar para que ciertos lugares abran puertas? Todo tiene su tiempo y hay cosas por las que esperar y otras que puedes adelantar
Te dicen que hay que conformarse, que en el momento actual, los riesgos se pagan carísimos. Que tienes que controlar lo que haces porque tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe…” Y yo pienso A veces se rompe en casa de desuso, roñoso  y lleno de polvo. ¿Dónde queda la pasión en un mundo que no arriesga para no perder? ¿dónde queda la emoción si todo está calculado? ¿Una vida sin la satisfacción de hacer lo que te llena y te hace sentir útil no es también un gran riesgo de infelicidad?
Te dicen que te equivocas, pero ¿qué seríamos sin errores? Hay tantos grandes momentos en la vida que llegan después de cometer errores enormes, después de fastidiarla hasta el fondo y hacer un gran ridículo, que en realidad no es tal, y que nos lleva a saber más de nosotros mismos.
A veces, sin saberlo, estamos enjaulados. Somos nosotros mismos quiénes entramos en la jaula por nuestra propia voluntad y nos exigimos seguir unas directrices que nos atan y mutilan mentalmente. Lo hacemos sin recapacitar, sin tener en cuenta lo que deseamos y soñamos,  sin darnos tregua. Obedecemos a unas normas que ni siquiera nos hemos planteado si son o no válidas y si nos hacen mejores. Nos sujetamos a una amargura que nos lacera por dentro y luego corremos a buscar alguna pastilla que nos sirva para paliar los efectos de estar encerrados en una vida que no es nuestra Porque nos creemos incapaces de soportarla  Suplicamos llenar un vacío que nosotros mismos alimentamos por temor a dar un paso y fallar, por miedo a dar la nota o mostrar nuestras diferencias. Y la mitad de esas normas que nos aferran a lo que no nos hace felices son condicionamientos mentales que no hemos revisado, pero que tenemos asumidos desde que éramos niños como dogmas.
No podremos cumplir con los tópicos, ni con lo que los demás esperan de nosotros Ni siquiera con los refranes porque tal vez muchos de ellos no nos definen ni nos sirven. No podemos vivir según unas normas que no creemos. Tenemos que revisarlas y decidir cuáles responden a nuestra forma de ver la vida.  Tenemos que inventar los nuestros propios y descubrir qué nos ayuda, motiva y funciona. Tenemos que reescribir nuestro guión.
Yo ya he empezado Quién sueña, vive dos veces…”

Merce Roura