Sabes que has madurado porque te importa más lo que
sientes que lo que piensas. Porque has aprendido que en realidad son “los
medios los que justifican el fin” y que “lo bueno si es breve es un fastidio”.
Porque llevas siempre la sonrisa puesta por si acaso y de quién más te ríes es
de ti mismo…
Te has hecho mayor porque cuando caminas estás tan
pendiente de lo que ves que a veces olvidas a dónde vas pero siempre llegas.
Porque persigues lo que quieres con ganas, pero nunca permites que el esfuerzo
te borre el entusiasmo. Porque para ti es tan importante disfrutar como
conseguir tu sueño.
Sabes que has crecido como persona porque ya no te
peleas ni empiezas batallas para demostrar quién eres, ni lo que vales. Porque
no necesitas que te entiendan y no te importa lo que piensen de ti.
Porque te aceptas y te quieres tal y como eres. Porque
madurar es aprender a quererte y respetar tu esencia. Porque lloras más pero es
de emoción y alegría.
Has cambiado porque dices mucho más que “no” que antes y
ya no besas sapos esperando encontrar príncipes… Porque ya no buscas príncipes
sino parejas de baile… Has cambiado porque ahora encuentras belleza en todas
partes y no alcanzas a comprender cómo no te diste cuenta antes de lo hermoso
que eras.
Has madurado porque ya no necesitas ganar para sentir
que mereció la pena la carrera. Porque encuentras oportunidades a puñados cada
día en los lugares más comunes y sabes que puede haber magia en todos los
rincones.
Has crecido porque ya no esperas que te llegue la
inspiración, la fabricas. Porque te has dado cuenta de que prefieres los
zapatos gastados a los zapatos nuevos, porque cuando quieres algo lo pides y no
estás sujeto a un pasado que te golpea y limita.
Porque madurar es entrar por la ventana y nunca cerrar
la puerta…
Eres mayor porque luchas por conseguir lo que sueñas
pero valoras lo que tienes. Porque cada día te gusta más jugar y arriesgar y
estás dispuesto a superarte. Porque cada vez que caes, no buscas la salida para
huir sino que prefieres quedarte y dar la cara… Porque valoras los fracasos
tanto como los triunfos y sabes que si no caminas por la cuerda floja nunca
aprenderás a tener equilibrio. Porque has descubierto que todo lo que realmente
importa se consigue dando pasos en falso y corriendo el riesgo de fallar.
Porque para ser, no necesitas aparentar. Porque para
llegar no necesitas pisar a otros. Porque no temes mostrarte y no te importa
que las miradas de otros no te aprueben.
Has cambiado y ya no quieres gustarle a todo el mundo,
ya no lo necesitas… Y te das cuenta de que cada vez estás más dispuesto a hacer
el ridículo por lo que crees o quieres.
Porque madurar es a veces quedar en evidencia y decir en
voz alta lo que muchos sólo se atreven a susurrar.
Sabes que has cambiado porque el deseo supera el miedo y
todo lo que ahora te parece coherente antes pensabas que era una locura. Porque
no tienes que esperar a que suene la música para dejarte llevar y a pesar de tu
impaciencia has aprendido a esperar lo bueno.
Porque madurar es vaciar el equipaje y arriesgarse a
seguir el camino sin paraguas. Madurar es aprender a vivir sin paraguas…
Madurar es quitarse el abrigo y salir de la cueva,
tocarlo todo aunque tenga espinas, ensuciarse y salir a la calle para que te
toque el sol y la lluvia te inunde los sentidos. Madurar es arriesgarse con la
partida perdida de antemano y ponerse en primera fila… Madurar es mostrar lo
que eres sin temor a brillar ni destacar, llevar la contraria y aguantar la
embestida, si hace falta, para no vivir una vida que no te llena.
Porque cuánto más creces más niño eres y más historias
fantásticas imaginas…Sabes que ya eres esa persona que deseas ser porque cada
día tienes miedos nuevos y desconocidos pero consigues que ninguno de ellos te
paralice… Porque has abandonado la concha y aunque hace frío, no te planteas
volver a esconderte.
Has dado el gran vuelco porque sabes que pase lo que
pase, tendrás fuerza para superarlo aunque ahora no sepas cómo. Porque tus
amigos son personas extraordinarias y sencillas y escoges a tus compañeros de
viaje por las risas… Ya no esperas demasiado, pero sueñas mucho… Y la mayor
parte de tus sueños no son nada que se pueda tocar o meter en una caja.
Porque madurar es sentirse cada día más joven y más
libre, más ligero, menos sujeto a la gravedad…
Sabes que has cambiado porque has dejado de pensar
demasiado y dejas que tu cuerpo se estremezca con nuevas sensaciones… Porque te
lo replanteas todo, incluso aquello que pensabas que era inmutable y se había
convertido en credo. Porque te apasionas por todo, sea grande o pequeño…
Te has hecho mayor y más sabio porque has aprendido a
dominar tus silencios y escoger tus palabras…
Eres grande porque te das cuenta de que las únicas
cadenas que te pueden atar son las que te pones tú mismo. Porque nada te ciñe a
ningún destino, ni siquiera tus prejuicios ni tus temores más profundos…
Has madurado porque amar te hace tan feliz como ser
amado…
Merce Roura
Estupenda narración Eliza de lo que es nuestra infancia, adolescencia, vida adulta y vejez es nuestra querida vida que gracias a Dios la tenemos y conseguimos en ella personas que están y llegamos a parecernos porque somos humanos, nos podemos comunicar dar a entender nuestros modos de pensar, sentir, hacer y muchas veces las emociones que surgen de nuestro diario vivir.
ResponderEliminarTe quiero amiga.
Yo también te aprecio amigo Cornelio
ResponderEliminarGuauuuuuuuu.. tu página es de una belleza sin igual... porque toda ella es un canto al buen gusto... a la ternura... a la capacidad intelectual... a la perfección literaria...
ResponderEliminarEres lo que se dice una joyita Eliza... que no se encuentra muy a menudo..
Muchas gracias por compartir y acariciar el alma de quienes te leemos..
Un beso enorme y FELICITACIONES... A TAN BELLA MUJER CON TAN HERMOSO TALENTO
Muchas gracias Nora, te dejé un comentario en tu cuenta de Google donde publicas tus cosas. Un abrazo
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