El santuario Kasuga se fundó en el 768, y se derribaba y construia cada 20 años según los conceptos de pureza sintoísta hasta 1863 que esa práctica fue dejada de lado. Pertenecía a la familia Fujiwara por lo que el santuario disfrutaba de una situación privilegiada con la familia real.
Está rodeado de bosques verdes que es una parte esencial de los lugares sagrados, ya que el sintoísmo está unido a la naturaleza. La entrada principal al santuario es la puerta sur (minamimon), más adelante se encuentra el Temizuya (fuente de aguas y cuencas), donde se suelen lavar las manos.
Las características de este santuario son los pilares de color bermellón y sus 3000 faroles de piedra y bronce, que fueron donados por la gente como símbolo de gratitud y de fe. Antiguamente se iluminaban todos las noches, pero desde hace un tiempo sólo se ilumina en ciertos festivales.
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